"SALVE, MATER PATRIE"
Cuántas palabras quisiera yo conocer para describirte,
Cuántos cantos quisiera yo conocer para alabarte,
pero madre nuestra de Guadalupe
¡cuánto siente mi alma de solo pensarte!
Que hierve en mil amores al cantarte,
y da mil clamores para alabarte.
Oh, ¡cuánto diera yo por merecerte!
Viendo esta nación nacer con fe carente,
bajaste a socorrernos,
y como niños a brazos de su madre
en forma de rosas fuimos al monte,
para que suaves nos bendijeran tus manos.
¡no alcanzan quinientos años para glorificarte!,
y madre santa, ¿cuánto no amarte?
Para fieles tuyos mirarte extasiantes.
Oh, ¡cuánto nos amas virgen y madre!
Que de la batalla, peste y hambre
nos libraste dulcemente;
sólo por llevar en el alma tu estandarte
y bien quisiera yo regalarte madre mía,
más que el universo entero,
pero quién soy yo para decirte:
¡salve, hermosa reina de México!,
¡salve, dulce madre del cielo!
Entre dalias y rosas de mil colores,
un destello vendrá a anunciarte
y unidos todos como mexicanos,
después de infinitos clamores y cantos,
a tu regazo miraremos anhelantemente;
y a tus brazos correremos en dulce llanto
¡salve, hermoso inicio de nuestra historia!
¡salve, virgen del Tepeyac; oh tierna madre!
Y si hay batalla clamaremos todos de forma incesante
¡viva la virgen de Guadalupe!
¡viva de los mexicanos la madre!
Y al fin de la lucha, batalla y hambre
Gritaremos: ¡viva México triunfante!
Autora: María Sabina Pérez González, Guadalajara, Jalisco, 2019.